Un regalo para ti. Nadie te debe nada.
- Clelia Aquino
- 28 ago 2015
- 3 Min. de lectura

Este artículo fue publicado originalmente como una columna de periódico, dedicada a una hija de 9 años, pero en esta oportunidad es para ti.
Navidad ya está cerca y lo usual tengo problemas para elegir lo que quiero darte. Sé que disfrutarías varia cosas - libros, juegos, ropa.
Pero esta sola vez, quisiera ser un poco más egoísta. Quisiera entregarte algo que perdure por más tiempo. Quisiera darte algo que puedas disfrutar todas las Navidades.
Si yo pudiera darte solo una cosa, quisiera que fuera una simple VERDAD que me tomó muchos años aprender. Si tú la aprendes ahora, podría enriquecer tu vida de mil formas. Y tal vez no tendrías que enfrentar situaciones que afectan a las personas que nunca la han comprendido.
La simple verdad es: NADIE TE DEBE NADA.
¿Qué significa esto?
¿Cómo una afirmación tan simple podría ser tan importante? Es posible que no lo veas ahora, pero cuando la comprendas salvará tu vida.
Nadie te debe nada.
Nadie vive por ti, mi querida hij@. Porque tú eres tú, y nadie más. Cada quien vive por sí mismo y por su felicidad. Y cuanto antes lo entiendas, te será más fácil librarte de la expectativa de que alguien te haga feliz.
Esto significa que nadie está obligado a quererte. Si alguien decide hacerlo, es porque encuentra algo especial en ti que hace quererte. Si alguien hace algo por ti, es simplemente porque así lo quieren - quiere decir que por alguna razón tú eres valiosa para ellos y quieren complacerte, pero no porque alguien te deba algo porque si, sin razón.
Dicho esto, nadie tiene la obligación de respetarte. Algunas personas no te tratarán bien, pero en cuanto comprendas que la gente no está obligada a tratarte bien, aprenderás a evitar relacionarte con quien pueda herirte. Tú no le debes nada a nadie tampoco.
Nadie te debe nada.
Tú te lo debes a ti misma, para buscar la mejor versión de ti misma. Porque si tu eres cada día mejor, otros querrán estar cerca de ti, y querrán apoyarte y compartir contigo lo que sea necesario.
Si alguien no quiere estar contigo, el problema no serás tú; si eso ocurre, busca relaciones que tú quieras, no permitas que un problema ajeno sea tuyo también. Cuando comprendas que el respeto y el amor de quienes te rodean hay que ganárselo, nunca más esperarás lo imposible y no te atacará la decepción. Nadie está obligado a compartir contigo sentimientos ni pensamientos, y si lo hacen es que te los has ganado tu misma. Y cuando así sea, tienes que sentirte orgullosa del amor que recibes, el respeto de tus amigos y todo lo que te has logrado. Pero no lo tomes por hecho, como algo que debe ser así, porque puedes fácilmente perderlo todo. Nada es tuyo por derecho, todo eso hay que ganárselo.
Mi experiencia.
Una gran carga fue quitada de mis hombres cuando entendí que nadie me debe nada. Hasta ese momento yo pensaba que eso no era así, y desperdiciaba mucha energía cuando no obtenía lo que yo quería.
Nadie está obligado a respetarme, ni a ser mi amigo, amarme o hacerme sentir inteligente. Cuando me di cuenta que, todas mis relaciones interpersonales empezaron lejos de complacerme. Y una vez que me di cuenta, mis relaciones interpersonales mejoraron ya que aprendí a estar con personas con quienes quiero estar y hacer lo que quiero hacer.
Entender esto me abrió puertas para nuevas amistades, relaciones de negocios, clientes potenciales, y dejó entrar a mi vida nuevas personas a quienes ahora quiero. Saber esta verdad siempre me recuerda que puedo recibir lo que deseo solo si logro llegar hasta la otra persona. Quiero entender lo que el otro siente, qué quiere, y qué es importante; y solo hasta entones puedo entender si quiero o no relacionarme con esa persona.
No es tan fácil explicar en dos palabras lo que tuve que descubrir y aprender en años, pero puede ser que tú vuelvas a leer esta carta y su sentido sea para ti cada vez más claro.
Espero que así sea, quiero para ti nada más que comprendas esta simple verdad que te puede liberar cuanto antes: nadie te debe nada.
25 de diciembre de 1966 Autor de la carta: Harry Browne
Traducción y adaptación: Serendipia
Comentarios